Uno de los tratamientos más eficaces y el más solicitado a nivel mundial en medicina estética y antienvejecimiento para eliminar las arrugas del entrecejo, las frontales y las famosas “patas de gallo” es la aplicación del Botox, nombre comercial que recibe la toxina botulínica tipo A.
La técnica consiste en inyectar pequeñas cantidades de Botox a nivel de los músculos que producen las líneas de expresión. Para lograr esto, el especialista le pide al paciente que contraiga los músculos que van a ser tratados y con una jeringa y una aguja muy delgada, infiltra la sustancia.
Los efectos de la toxina, comienzan a notarse a partir de los 3 a 10 días después de su inyección y tienen un efecto aproximado de unos 3 a 6 meses (esto varía de acuerdo al paciente). Las líneas de expresión mejoran gradualmente en un periodo de a 12 semanas aproximadamente, dependiendo de cada paciente en particular.
Una vez concluida la infiltración de la Toxina Botúlica tipo A , el paciente debe mantenerse en una posición erguida durante unas 4 horas, hasta que la toxina se distribuya y actúe efectivamente a nivel del sitio de conexión del nervio con el músculo.
Procedimientos Estéticos: Relajarán el músculo, bloqueando los impulsos nerviosos que producen las contracciones musculares, consiguiendo que en las zonas tratadas desaparezcan las arrugas.
Procedimientos Hiperhidrosis: Bloquean las señales químicas que transmiten los nervios que controlan la sudoración, consiguiendo que en las zonas tratadas desaparezcan la sudoración excesiva.